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Poesias por Hector José Corredor Cuervo
 

A MI LLANO

Sabana inmensa que va hasta el infinito,
sin principio y sin fin como es el alma,
donde hay paz con el Creador bendito
en medio del silencio y de la calma.

Tierra de mi patria, empapada de sol,
bajo un cielo azul de singular pureza,
con estrellas rutilantes colgadas cual farol
para mostrarle al forastero su belleza.

Tierra orgullosa del novillo cimarrón,
que vive libre como el aire y como el agua,
donde se añora siempre que brille la razón
como oro puro fundido en una fragua. 

Tierra de centauros con alma de guerreros
que volaron con sus sueños hasta la gloria
al romper las cadenas de enemigos fieros
cuando escribieron con honor la historia.

Tierra libre y abierta sin reservas al futuro,
que recibe con cariño a todo ser humano
que sea temerario, de corazón muy puro
y que sienta el orgullo de ser colombiano.

Pedazo de la patria colmado de bonanza
con hombres arrogantes en duro trajinar
que logran los laureles y tienen esperanza
de vivir en concordia, en calma y libertad. 

Por caminos desolados con míticas leyendas,
narradas por los padres y curtidos abuelos,
se siente el trasegar de las ánimas en pena
y de osados colonos en pos de sus anhelos. 

En su mágica selva esposa del silencio,
donde habitan el misterio y la hermosura,
se observan las fieras taimadas al acecho
y las serpientes en medio de la espesura.

¡Oh grandiosa llanura de mujeres preciosas!
con ríos fuera de cauce en toda la planicie,
colmada de carraos, turpiales y corocoras,
Yo quiero que su brisa siempre me acaricie.

Quiero volver a oír el canto de un jilguero,
a ver grandes bandadas de garzas y de loros,
que vuelan a la sierra donde nace el lucero
a buscar en silencio la paz como un tesoro.


 

 

 

 



AL SUR COLOMBIANO
 

Sobre el lomo del macizo de los Andes
donde los montes crecen hasta el cielo
está una tierra colmada de volcanes
que la custodian cual centinela fiero
 
De las lagunas de belleza suma
vierten los ríos como un milagro
y recorren los valles por fortuna
para saciar la sed y bendecir el agro. 

En las noches se ven desde la cumbre
lindas estrellas palpitantes con vida
y las centellas con fugaz vislumbre
que parecen de nubes suspendidas.

Allí los Españoles en horas cenitales
sembraron cultura, estirpe y señorío
sobre cimientos de rasgos ancestrales
de almas nobles y corazón bravío.
 

De Agualongo, el bravo entre los bravos,
la casta honesta heredó gran lealtad
y prefirió vivir sin jamás ser esclavos
bajo sombras de Dios en hermandad.

Su pueblo de quillazingas descendiente
el cual mora en sus laderas y montañas
es diamantino, puro y transparente
como las aguas que brotan sus entrañas.

Tierra de tambores, de chirimías, de quenas
de criollos, de paeces, de guambianos
que añoran subsistir sin dolor y sin penas
sintiéndose orgullosos de ser colombianos.


Tierra imponente de mujeres bellas
que lucen cual las flores en la aurora
quisiera verla en paz, sin odio, sin querella,
en plena libertad, con mente soñadora.



 

 

 

A BOYACÁ

 
Boyacá es la tierra de mis ancestros,
donde Bolívar forjó la libertad de América,
donde incólumes permanecen sus sueños,
de alcanzar con Dios gloria y grandeza.

Es un terruño precioso de alfareros,
que con arte modelan la esperanza,
de emancipar al pueblo de mohatreros
sin presión, sin rencor y sin venganza.

Es comarca de inagotables suelos
donde siempre germina la semilla;
es heredad de padres y de abuelos
vivir en Paz, sin odio y sin rencilla.

La variedad de colores en sus predios
hacen de su paisaje magnifica pintura
donde el Señor usó todos los medios
para mostrar al hombre la hermosura.


Su noble gente con acento pausado,
hacen del "Sumerced" una cultura,
que del Zaque y del indio fue heredado
para entregar su afecto con ternura.

Al contemplar la nieve en sus picachos
parece que al firmamento se extendiera
la belleza de la tierra en colcha de retazos
que con las manos el hombre la zurciera.

Cuando pisa su suelo el forastero
el regreso jamás añora que existiera
mas prefiere morir de carranguero
que volver a vivir de una quimera.

Si pudiera expresar mis últimos deseos
quisiera al sepulcro bajar con las tonadas
que se canten torbellinos y bambucos,
que se oigan tiples, requintos y guitarras.

Y cuando llegue de mi viaje al cielo,
le pediré al Señor la gran licencia,
para volver a ver aquel hermoso pueblo
que me colmó de orgullo la existencia.

 

      

 

 

 

A LA GUAJIRA
 

Como la quilla que intrépida se mete,
rompiendo el oleaje en imponente mar,
es la tierra Guajira desértica y agreste
que se incrusta en alma e invita a soñar.

Su desierto enigmático y de embrujo,
con lindas tardes cubiertas de arrebol,
incita a los humanos a vestir sin tapujo
y a vivir en la gloria bajo rayos del sol.

Sus playas son jardín del caracol sonoro
que origina el eco de las dianas marinas
y su entraña guarda el grandioso tesoro
recamado de carbón y de blancas salinas. 

Sus paisajes son fabulosos de riqueza
adornados con los flamencos rosados
que en bandadas despliegan su belleza
y que hacen olvidar tiempos pasados.

Allí en esa tierra habita un pueblo fuerte
cargado de orgullo y de total franqueza,
que con gran valentía desafía la muerte
en medio del abandono y la tristeza.

Allí se oyen notas de músicas antiguas,
en danzas que a los muertos resucitan,
sobre leyendas de urdimbres ambiguas
de raptos que a la venganza incitan.

¡Oh Guajira hermosa!, de aguas cristalinas,
de cielos despejados que van al infinito,
de mujeres bellas cual legiones de ondinas,
quisiera de esa tierra tener un pedacito.

 



 

 


A BOGOTÁ

 
Bella ciudad de la América Atenas,
fundada por Quesada en la sabana,
para albergar al caminante en penas
y de cultura ser la principal ventana.

Tu gente se semeja a las colmenas
donde se empieza en hora temprana
a construir los anhelos con poemas
lejos de la envidia y actitudes vanas.


En estrelladas noches de tu cielo
descorre ante los ojos el arcano
del Gran Señor que lo creó con celo.


Para que fueras orgullo colombiano
Dios te dio gran belleza en el suelo
donde puede extasiarse el ser humano.
*Día de su fundación. Agosto 6

 

 

TIERRA SANTANDEREANA


 
Tierra de Alcantuz, de Galán y de Berbeo
que lleva en su entraña el valor como heredad
por ser la receptora del fuego de Prometeo
que prendiera la chispa de nuestra libertad.

Tierra comunera de mujer valerosa
cual Manuela Beltrán que con gran osadía
inició la contienda con actitud pasmosa
al rasgar los edictos de la cruel tiranía.

En ciudades y aldeas de singular belleza
caminan recuerdos de los viejos abuelos
que sembraron semillas con honor y grandeza
para que los nietos lograran sus anhelos.

Por caminos y trochas con trinos de jilgueros
se observa el esplendor de la naturaleza
que encubre los sueños de peones y arrieros
que cultivan peñascos con valor y destreza.

De árboles frondosos y de viejos gallineros
cuelgan las salvajinas o barbas de San Pedro
que llevan a su nido preciosos carpinteros
donde crecen sus hijos con amor verdadero.

En tiempo de molienda, bajo sobria enramada,
se oyen tocar de noche con el tiple y el requinto
la guabina, el bambuco y la más dulce tonada
con canto de trapicheros que va hasta el infinito.

Sus aires están saturados con olores de guayaba,
de nardos, de jazmines, de magnolias y de rosas
que esparcen sus aromas al comenzar la alborada
cual perfume exquisito de las mujeres hermosas. 

¡Oh tierra santandereana! de la hormiga culona,
del cabro, de la arepa, del mute, de la pepitoria
de la dama venerable cual verdadera matrona
yo quiero que sus provincias vivan en paz y euforia.

 

 

 

VALLE DEL CAUCA

Fecunda tierra del coclí sobre palmeras
aromada de poléo, de nardo y de jazmín
protegida con celo por las dos cordilleras
para hacer en la patria el más bello jardín.

Tierra privilegiada y hermoso paraíso
con la caña de azúcar y trepadora vid
donde nació el amor como en hechizo
con la lira encantada del profeta David.

Pueblo de titanes con sangre mezclada
de indio, de blanco y de negro africano
fundida en un crisol en plena alborada
para ser el orgullo del suelo colombiano.

Huerto feraz de las mujeres más bellas
cultivado con amor, con honor y pasión
para lucirlas en el mundo cual estrellas
e iluminadas con la luz de la razón.

Semillero de hombres de gran bizarría
herederos de la fe, del valor y la gloria
de héroes que vencieron temible tiranía
para gozar la libertad con grata euforia.

Cuna de artistas y grandes escritores
que siembran con tesón semillas de amor
para vivir en paz sin penas, sin temores
enjugando en la vida las gotas de dolor.

 ¡Oh valle de la salsa y del manjar blanco!
dulce como los sueños de Efraín y María
Yo quiero disfrutar tu gran encanto
hasta el último instante de mi vida.

 


TIERRA CARIBE

Coronada con iris, estrellas y luceros
muy cerca del mar en alegría viviente
está la costa en donde los bucaneros
saquearon tesoros en forma irreverente.

Tierra de sabanas, de salinas y desiertos
donde del suelo brotan flores de ilusión,
donde revive el carnaval a los muertos,
al compás de los tambores y acordeón.

Región caribe con música de oro
que cabalga en las olas como espuma
interpretada por las ninfas en coro
con ritmo alegre en flautas de pluma.

Zona grandiosa de manglares y corales
con tardes preciosas de color escarlata
donde no existe pena en los mortales
por hacer la existencia siempre grata.

Sobre las aguas de su océano cristalino
que a la distancia se transforma incierto
viajan sueños felices tras el gran camino
que dejan las naves al zarpar del puerto.

Su majestuoso sol radiante de color rojizo
que se hunde solitario detrás del horizonte
muestra al viajero aquel hermoso paraíso
y la belleza donde mi Dios se esconde.

Su gente es ágil y veloz como la idea
puesta en escena con ritmo de batuta
que para tormentas, vientos y marea
cuando la cumbia con ganas se ejecuta.

 Bajo su dombo azul bruñido por la luna
duerme el mar eterno de plata y de zafir
que hace meditar y añorar la fortuna
pensando que mañana tendrá que sonreír.

¡ Oh tierra hermosa de Arahuacos y Tayronas!
que sale imponente cual Venus de las aguas
quiero llevar en mi alma sus suaves aromas
al despedirme cuando leve para siempre anclas.



GUAJIROS

Cerca del mar en una soledad eterna,
bajo el dombo azul de singular pureza,
habitan los Guajiros con el alma enferma
en medio del abandono y la tristeza.

Son indios puros de raza y colombianos,
que defienden su tierra con valor,
que impiden la deshonra de hermanos
y que prefieren la muerte con honor. 

Son guerreros cual Prudencio Padilla,
que liberó la patria de barbarie y terror,
aniquilando en Maracaibo a esa flotilla
del sanguinario, del tirano y opresor.

Son orgullosos de la sangre de su raza,
que en torrentes les llega al corazón,
la que impulsa a defender con casta
sus rancherías, su pueblo y su región. 

Son compañeros y siempre inseparables:
el burro, la cabra, el arma y el chinchorro
los que llevan por las trochas naturales
para buscar agua como el mejor tesoro.

Son las arenas que se las lleva el viento
el testigo mudo del dolor, de la agonía,
del sufrimiento y del continuo lamento
que la hambruna deja allá en su ranchería.
 

AL PUEBLO ANTIOQUEÑO

 

Pueblo noble, andariego y orgulloso de su raza,
descendiente de pioneros que talaron la montaña,
de arrieros incansables de tiple, carriel y ruana
que llevan dentro del alma la blancura de la garza.

 Almácigo de industriales soñadores de progreso,
que dan siempre paso firme para lograr desarrollo,
sin trancarse en pequeñeces o quedarse en embrollo
hacen de la patria grande sin pensar en el receso.

Semillero de grandes poetas soñadores del amor,
de la unión y de la paz con sentido de hermandad,
que llevan dentro de sí la pasión de libertad
de campesinos honestos lacerados de dolor.

Germinador de héroes de la magna independencia,
que entregaron la vida por la libertad de América,
por romper crueles cadenas de la opresión maléfica
dejando nuestra heredad sin la atroz dependencia.

Estirpe de gobernantes honestos y honorables,
cual fieles representantes en estado de derecho,
que impiden la corrupción y las acciones de hecho
de aquellos ciudadanos en la patria indeseables.

Semillero de artistas que conoce el mundo entero,
que son símbolo de gloria y de la tierra grandeza,
por demostrar en sus obras la fuerza y la belleza
como Arenas Betancur y el gran Maestro Botero.

Pueblo constante en fines y de tesón en su empeño,
que siembra esperanza en valles y también en cordillera,
para que germine la paz, en el surco, en la pradera
manifestando su orgullo de ser de cepa antioqueño.

 

 

AL EJE CAFETERO*

 

Descendiente de Quimbayas y de arrieros,
es ese pueblo de singular pujanza,
que en las laderas cultiva los cafetos
y que en el alma siembra la esperanza.

No le aterran los grandes terremotos,
que arrasan las vidas y riqueza,
más sí lo entristecen seres desidiosos
que no pueden surgir por la pereza.

Lleva en sus venas la sangre de guerreros,
que no amedrenta el dolor ni la desgracia
y en mente conserva el sentir de pioneros
de convertir lo adverso en bonanza.

En su suelo jamás hay forasteros
ni se siente el vacío en la distancia;
siempre se encuentran compañeros
que hacen de la vida una añoranza.
 
Por sus aires transitan los bambucos
cuando se rasgan los tiples, las guitarras
y en la mente se guardan los recuerdos
de caturros en flor y de lindas guirnaldas.

En momentos de angustia y de infortunio,
cuando en el alma se sienta la tristeza,
evocaré al pueblo de luz en plenilunio
que estando oscuro demostró grandeza.

 Al Gran Señor le seguiré pidiendo,
que proteja a su gente de la amenaza,
que jamás le llegue el rencor ni el odio
y que siga siendo orgullo de su raza.


a.. Día del gran sismo Enero 25 de 1999

A LA TIERRA OPITA


 Cuando el Señor penso en paraíso de mortales
con variedad de clima, de flores, de riquezas,
con agua en abundancia para formar raudales,
creó la tierra opita de singular belleza.

Al ambiente lo llenó de aromas naturales,
de nardos, de azaleas, jazmines, de magnolias,
de lindas flores de mayo, de blancos azahares,
de gualandayes azules y de bellas buganvillas.

A sus grandes extensiones las llenó de arrozales
con las espigas doradas cargadas de alimento
y en labranzas pequeñas plantó bellos platanales
que le sirven a la gente como base del sustento.

Allí puso a un pueblo con los más caros ideales,
lo llenó de transparencia y de una gran nobleza,
como el agua cristalina nacida en los pajonales
que corre a borbotones con afán y con pureza.

A los caminos y valles los cubrió con los guaduales
que sienten mucho dolor cuando se hiere el alma,
que lloran de la tristeza formando los manantiales,
que rechinan de alegría cuando se siente la calma.

A los aires los colmó con sonidos celestiales,
con música de guitarras, de tiples y de tambores,
con el trino de las mirlas, de los toches y turpiales
que sirven de inspiración a todos los trovadores.

A las tardes las cubrió con los bellos arreboles,
esos que hacen soñar en la grandeza del mundo,
con esas lindas bandadas de variados animales
que surcan el infinito sin que se sepa su rumbo.

En caminos permitió esos mitos infernales:
del hojarasquín, del poira, del taitapuro, del mohán...
que se inventaron nativos en tiempos inmemorables
para asustar los incautos e infieles que se van.

Esta es la tierra del Huila de godos y liberales,
de izquierdas y derechas, la tierra de promisión,
la que Dios nos entregó con recursos naturales
para quererla por siempre con todo el corazón.


 

 
AL TOLIMA GRANDE

Bajo un manto azul con nubes de colores,
que se extiende de la cumbre a la llanura,
y engalanado con variedad de exóticas flores
está el Gran Tolima mostrando su hermosura.

Su suelo es besado por brizna de la sierra,
como un hálito de Dios en la naturaleza,
que baja a los valles fertilizando tierras
regando los cultivos y logrando riqueza.

Sus parcelas de arroz, de sorgo y de algodón,
cultivadas con fe a orillas del Magdalena,
parecen ser retablos pintados con pasión
por mano prodigiosa y de ternura llena.

Su gente es valiente, con sangre de Pijaos,
que arde en las venas cual holocausto al sol,
al defender la patria con garra de soldados
fundiendo honor y gloria en preciado crisol.

La música de cuerda se lleva en las entrañas
y se aferra en las mentes cual silvestres helechos
que nacen en las grietas de agrestes montañas
para olvidar las penas y dolorosos hechos.

Su cielo está bordado de noche con estrellas
y su aire impregnado de fragantes olores
para mostrar auroras en las mujeres bellas
que transmiten a hijos sus sueños y valores.

Tolima es tierra grata, es una hermosa tierra,
arrullada con guitarras, con tiples y tambores
donde se añora la paz en medio de la guerra
sin conservar inquinas, odios y rencores.

Oh! tierra de Echandía, de Melo, de Abadía,
de López, de Villalba, de Collazos, de Garzón
quiero seguir oyendo sus dulces melodías
y guardar los recuerdos aquí en mi corazón.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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