CÓMO
TE EXTRAÑO COLOMBIA
Cuando salgo de mi patria y piso un extraño suelo, me hace falta la
alegría y se entristece el cielo.
Me hace falta la familia, el consejo del abuelo, la radio con melodía, el
porro, el sanjuanero, el mapalé y la cumbia, el joropo del llanero, la voz de la Momposina, el ciclismo de primero, la
tonada campesina, el fútbol del cinco a cero.
Me hace falta la sabana, la costilla de cordero, la mazamorra
con panela, el compañero sincero, el buen postre de la abuela, la dulzura del pordiosero, la pulpa de la pitaya, el
desfile del silletero, el jugo de tamarindo, el asado tolimense, la ciclovía del domingo, el cocido boyacense.
Me
hace falta el manjar blanco, la alegría de los viajes, el aguardiente de estanco, el pandebono de peajes, el roscón
con gaseosa, el transporte de equipajes, la despedida cariñosa, la belleza de dos mares, las tiendas de las esquinas, el
tinto suave y caliente, la chismografía de vecinas, la ternura de la gente.
Me hace falta la trova, el reinado
del bambuco, el concurso de bandola, la guabina de Arcabuco, el frío de las cordilleras, las artesanías con greda, el
carrito de balineras, la bella iglesia de sal, el desfile de balleneras, las flores de mi rosal, la cometa colombiana.
Me
falta el jipijapa, el sabor de mejorana, las manualidades de Paipa, el abrigo de la ruana, la música de los buses, el
paseo en transmilenio, el cerro de las tres cruces, el conductor de buen genio.
Me hace falta el rock de parques, los
paseos al arroyo, el nobel García Marquez, Manuel Elkin Patarroyo, los bocadillos veleños, el reinado de belleza,
el acento del sureño, el
navegar en represa, la chispa del Antioqueño, la gente con su nobleza, las esmeraldas de ensueño.
Me hace
falta el arroz con coco, el friche de la guajira, las arepitas de choclo, los bizcochitos de achira, el cantar
del diostedé, los paseos en la chiva, el cerro del pacandé, las canciones de Shaquira, el trato del sumerced los
poetas con su lira, la hormiguita culona, la subida a Monserrate, el plato de la lechona y el tamal con chocolate.
Colombia:
Cómo me duele sufrir, cuando estoy en tierra extraña, tan solo deseo vivir para morir en tu entraña.
BRINDIS
DE UN COLOMBIANO
En Colombia tierra grata se acostumbra a brindar por la flora en primavera
de tan singular belleza, por esas mujeres lindas que saben solo amar, por esos hombres valientes con honor y entereza.
Brindemos
por esa patria que nos duele en lejanía, por el padre, por la madre, por el hijo verdadero, por la música variada que
nos colma de alegría, por costumbres heredadas de la abuela y del abuelo.
Tomemos este aguardiente con dulce sabor
a caña por el amigo sincero y de gran sentido humano; por los trinos de las aves que alegran la mañana, por la sangre
de las venas y el orgullo colombiano.
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ORGULLO
COLOMBIANO
Llevo en el alma la altivez de mi raza,
del indio, del negro, del blanco, del
mestizo,
que hizo de este suelo un bello paraíso
para vivir siempre en paz sin amenaza.
Siento el orgullo de ser un colombiano,
al contemplar el verdor de las praderas,
al oír los trinos de las aves mañaneras,
al ver la inmensidad de nuestro llano.
Vibro de orgullo por los cielos augurales,
por el sol radiante de singular belleza,
por la grandiosidad de montañas y riqueza,
por la variedad de frutos tropicales.
Todo mi ser se estremece de alegría
al oír un mapalé, una cumbia, una balada,
un joropo, un pasillo, un porro, una
tonada,
un bambuco, una danza de suave melodía.
Amo el escudo, el himno, la bandera,
que representan de la patria su grandeza,
de los héroes su honor y su nobleza
que nos legaron la libertad en primavera.
A LA SELECCIÓN COLOMBIA Selección Colombia,
orgullo de la patria mía, que llevas con pasión hermoso tricolor, tú eres el consuelo, la paz y la alegría en aquellos
momentos de amargura y dolor.
Tú eres la esmeralda, la joya más preciada, de esperanza, de constancia y de valor, de
esta noble tierra que sufre angustiada cuando juegas con garra y mucho pundonor.
Tú llevas en las venas sangre
a borbollones de héroes que dieron a la patria libertad, de hombres corajudos lejos de ambiciones, que ofrendaron
la vida en plena pubertad.
Al entrar a estadios pletóricos de euforia, levanta la cabeza mirando al infinito, piensa
en este pueblo que añora la victoria e implora con fe a nuestro Dios bendito.
TE AMO COLOMBIA
Te amo Colombia, hermosa patria
mía, creada por mi Dios en primavera, para vivir por siempre en alegría con ritmo tropical de una palmera.
Amo
tu cielo azul turquí en armonía, tus llanuras, tus mares, tus montañas, tus poemas de amor con grata melodía, el
trino de tus aves en las mañanas.
Amo tu gente colmada de fantasía, tus glorias, tu escudo, tu bandera, centauros
indomables como alegoría de libertad de hermanos sin frontera.
Mi pensamiento es prisionero en agonía, al no
tener tu sol de singular belleza y al oír tu hermoso himno en lejanía, mi corazón se estremece de tristeza.
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A LA MUJER COLOMBIANA
Mujer
hermosa con cuerpo de sirena, creada por Dios cual flor en primavera, para ser de este universo la primera con perfumes
de azahar y de azucena.
Como aguas del mar tu carne ondea, al estallar de gran pasión por el amor, al oír una cumbia
con gaita y tambor, al sentirse del hombre bella dulcinea. En tus pupilas se refleja paz interna, que llevas
en tu mente de agorera, para ancorar sentimientos sin frontera y trabajar sin descanso en la colmena.
Bajo tu
piel canela tostada por el sol, se guarda una gema de la naturaleza, que mantiene luz de singular belleza la que
estará prendida hasta el seol.
Mujer preciosa del universo reina, compañera leal de afecto insuperable, de modales
finos y de trato amable que permite olvidar dolor y pena.
Mujer grandiosa, mujer colombiana, de dientes nacarados
y labios de rubí, que amas la familia con loco frenesí tú eres una perla de esta raza humana.
ÉBANO COLOMBIANO
Soy negro puro americano, con
piel brillante cual aceituna, resplandeciente con rayo de luna y azabache con sol del llano.
Yo soy andino, yo
soy caucano, llevo en mi sangre una fortuna por ser dichoso desde la cuna con un tambor indo africano.
Soy
de la costa, yo soy chocoano, mi alma es blanca por heredad; con alborozo y en hermandad vivo en palenques sin ser
esclavo.
Yo soy del valle, soy bogotano, tengo el ritmo en la cintura que Dios le puso a una criatura para
gozar como ser humano.
Mi entraña es dulce y luce pura como el diamante más cristalino que exhiben reyes con
oro fino para ostentar su gran ventura.
Son mis comidas los caracoles ñame, pescado y frutos del mar que a
navegantes les suelen dar para que prendan bien los motores.
Soy negro puro, ébano chocoano, soy antioqueño,
soy caucano, yo soy del valle, soy bogotano, yo soy costeño, yo soy del llano y siento orgullo de colombiano.
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